Muy bueno que la web pajaporte.com redirija a la página del Ministerio para la Transformación Digital.
Pero hasta ahí las risas.
Los siguientes puntos Sobre la Cartera Digital, el pasaporte español para ver porno, que vamos a hablar no son tan graciosos.
El acceso de menores a contenidos para adultos es un grave problema. Los niños acceden por primera vez a los 9-11 años. Y 7 de cada 10 adolescentes acceden al porno de forma habitual.
Esto, efectivamente es un problema, pero la solución no será nunca ponerle puertas al campo.
La solución a este problema no es crear un Pasaporte digital para acceder a estos contenidos. Y no porque limite la libertad de los ciudadanos, como dicen algunos, ya que esto no lo hace.
Lo único bueno de la Cartera Digital es que está técnicamente hablando bien hecha. Es una herramienta que va a garantizar el anonimato, la privacidad y la imposibilidad de trazar al usuario. Ya la única cantidad de información que se almacene va a ser el propio dispositivo del usuario de manera que no va a haber una trazabilidad.
Pero una cosa es que técnicamente esté bien hecho y otra muy distinta que sea buena idea.
Este tipo de medidas idealmente, tú las planificas, las piensas, las haces y todo suena muy bien, pero luego hay que llevarlo al terreno real. Hay que ver realmente cómo puede afectar esto.
El principal problema es que para implementar esto, necesita de las propias web pornográficas implementen cambios en sus páginas web.
Y esto no va a pasar.
Estas páginas que operan a nivel mundial, no van a implementar soluciones según las regulaciones de cada país.
Por lo que lo van a ignorar.
No se le pueden poner puertas al campo.
No solo hay porno en este tipo de páginas, lo puedes encontrar en muchas otras como en todas las redes sociales.
Si el gobierno prohíbe estas páginas en España por no implementar su ley, los jóvenes seguirán consumiendo porno.
Ya sea buscando por redes sociales, que hay por doquier o en sitios más oscuros.
Si el gobierno veta todos los accesos a contenido porno en la web, los jóvenes acabarán llegando a ese contenido por Telegram, VPNs o Tor.
Y esto crea un problema mayor.
Obliga a los jóvenes a buscar una alternativa, y esa al final es la web oscura con porno, pedofilia, armas, drogas, etc.
Antes de regular ciertas cuestiones, habría que pensar mejor en las consecuencias que puede suponer.
Y más todavía en una edad donde los chavales son impresionables, rebeldes y curiosos.
Y eso no hay ley que lo regule.
Hay que plantearse:
¿Hasta que punto es buena está limitación en una sociedad libre?
¿Será una medida efectiva?
¿Tendrá la complicidad de las páginas webs?
Si está medida se lleva a cabo, ¿limitarán el porno en las redes sociales?
Y si esto es así, ¿cómo lo limitarán para acceder desde VPN o Tor donde encontraran contenido más turbio?