El presidencialismo: un sistema ineficaz y peligroso para la estabilidad política
A menudo se escucha que el presidencialismo es un sistema de gobierno que, en teoría, ofrece un liderazgo fuerte y una mayor eficiencia en la toma de decisiones. Sin embargo, la realidad nos muestra que, lejos de ser una panacea, el presidencialismo es un modelo que a menudo conduce a la inestabilidad política, los conflictos de poder y, en algunos casos, a intentos de golpe de estado. La historia reciente ha demostrado que los países con este sistema están más expuestos a crisis políticas profundas que aquellos que funcionan bajo sistemas parlamentarios.
El riesgo del presidencialismo: inestabilidad y polarización
En la última década hemos visto numerosos países que han sufrido graves tensiones internas y crisis de gobernabilidad. El de Corea del Sur ha sido el último, pero recodemos Estados Unidos, Brasil, Perú y Bolivia. ¿Y qué tienen en común estos países? Un sistema político basado en el Presidencialismo.
El presidencialismo ha demostrado ser un sistema propenso a generar inestabilidad política en muchos países, lo que ha dado lugar a crisis institucionales y, en algunos casos, a intentos de golpes de estado.
Bolivia, octubre 2019.
La crisis política en Bolivia de 2019 comenzó tras las elecciones del 20 de octubre, en las que Evo Morales fue reelegido presidente entre acusaciones de fraude por parte de la oposición y organismos internacionales. Esto desató protestas masivas, enfrentamientos y un paro nacional. Tras la renuncia de Morales el 10 de noviembre, bajo presión de las Fuerzas Armadas y la Policía, Jeanine Áñez asumió como presidenta interina el 12 de noviembre en un contexto de vacío de poder. Su gobierno estuvo marcado por tensiones, denuncias de represión violenta, masacres como las de Sacaba y Senkata, y acusaciones de ilegalidad en su proclamación. Finalmente, las elecciones de 2020 dieron paso al retorno del Movimiento al Socialismo con Luis Arce como presidente
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Estados Unidos, enero de 2021.
El asalto al Capitolio de los Estados Unidos ocurrió el 6 de enero de 2021, cuando simpatizantes de Donald Trump irrumpieron en el edificio del Congreso en Washington D.C. durante la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que dieron la victoria a Joe Biden. El evento, alimentado por teorías de fraude electoral difundidas por Trump y sus aliados, interrumpió temporalmente la sesión legislativa, resultando en violencia, cinco muertes y decenas de heridos. Este ataque marcó un momento crítico en la política estadounidense, llevando a un segundo juicio político contra Trump por incitar la insurrección y a un aumento en las tensiones políticas y sociales en el país
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Perú, diciembre 2022.
El intento de autogolpe de Estado en Perú de 2022 ocurrió el 7 de diciembre cuando el entonces presidente Pedro Castillo intentó disolver el Congreso, establecer un gobierno de emergencia y reestructurar instituciones clave del país. Sin embargo, no logró apoyo de las Fuerzas Armadas ni de la Policía Nacional, lo que llevó al Congreso a destituirlo por incapacidad moral mediante un proceso de vacancia constitucional con 101 votos a favor. Poco después, Castillo fue arrestado y Dina Boluarte asumió la presidencia como su sucesora constitucional. Este evento desencadenó una crisis política y protestas masivas en el país, con pedidos de elecciones anticipadas y profundas tensiones políticas y sociales. En este caso, Perú es semipresencial.
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Brasil, enero 2023.
El intento de golpe de Estado en Brasil en 2023 ocurrió tras la victoria de Lula da Silva sobre Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales. Seguidores de Bolsonaro, rechazando los resultados, organizaron protestas masivas y bloquearon carreteras. El 8 de enero de 2023, miles de manifestantes invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia: el Congreso Nacional, el Palacio de Planalto y el Tribunal Supremo. Los atacantes demandaban una intervención militar para anular los resultados electorales. La rápida intervención policial restauró el control, y se iniciaron investigaciones y detenciones masivas para identificar y procesar a los responsables. Este evento subrayó la polarización política en Brasil y los riesgos para su democracia.
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Corea del Sur, diciembre de 2024.
El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol proclamó inesperadamente la Ley Marcial como respuesta a supuestas actividades «antiestatales» vinculadas a fuerzas comunistas y a Corea del Norte. Esta decisión, respaldada inicialmente por el ejército, fue rechazada por la Asamblea Nacional, que votó rápidamente para derogarla. La medida generó gran controversia, ya que habría transformado temporalmente a Corea del Sur en una dictadura de facto. Sin embargo, tras una reunión de emergencia con su gabinete y ante la presión política, Yoon revocó la ley marcial en pocas horas. Este incidente reflejó la crisis de liderazgo y el bloqueo legislativo que han caracterizado su administración, marcada también por una drástica caída en su popularidad
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Estos casos ilustran la tendencia del presidencialismo a generar inestabilidad política y crisis, especialmente en contextos de alta polarización. Si bien Estados Unidos ha logrado superar varias de estas crisis debido a sus contrapesos y su tradición democrática, la mayoría de los países presidencialistas enfrentan dificultades para mantener un equilibrio funcional entre el ejecutivo y el legislativo. Por ello, muchos analistas sugieren que los sistemas parlamentarios podrían ser una opción más estable y efectiva para promover la gobernabilidad y evitar la constante amenaza de la disfunción política.
Los riesgos para la democracia en los sistemas presidencialistas
El principal riesgo del presidencialismo radica en la separación de poderes. Cuando el presidente y el parlamento son de diferentes partidos o ideologías, como ocurre con frecuencia, el resultado es una parálisis política. En lugar de buscar el consenso y trabajar juntos, las instituciones suelen entrar en un conflicto abierto, lo que puede resultar en la obstrucción de políticas públicas clave y en una creciente polarización de la sociedad.
En los países presidencialistas, la lucha por el poder entre el ejecutivo y el legislativo es constante, lo que termina erosionando la confianza pública en las instituciones. La falta de mecanismos de cooperación puede generar desestabilización y llevar a situaciones extremas como golpes de estado, protestas masivas o rupturas democráticas.
El parlamentarismo: un sistema más estable y cooperativo
En contraste, el sistema parlamentario ofrece una solución mucho más eficiente para resolver los problemas de gobernabilidad y estabilidad. En los países con sistemas parlamentarios, el ejecutivo no está separado del legislativo, sino que surge del mismo cuerpo, lo que garantiza una mayor cooperación entre ambas ramas de gobierno. Esto reduce la probabilidad de conflicto entre el presidente (o primer ministro) y el parlamento, ya que ambos deben colaborar para mantener la estabilidad del gobierno.
En un sistema parlamentario, el gobierno puede ser destituido por el parlamento en caso de pérdida de confianza, lo que permite una mayor flexibilidad y capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Esto también reduce la polarización, ya que las coaliciones y los acuerdos entre partidos son fundamentales para formar un gobierno, lo que fomenta la negociación y el compromiso.
El caso de Latinoamérica: ¿es hora de un cambio?
Latinoamérica ha sido testigo de las consecuencias más dramáticas del presidencialismo. La región ha sufrido repetidos golpes de estado, crisis políticas y gobiernos inestables. Es urgente replantearse el modelo de gobierno adoptado por muchos países latinoamericanos. Si se mira el panorama actual, muchos países de la región continúan experimentando polarización extrema, estancamiento económico y crisis institucionales debido a sus sistemas presidencialistas.
La adopción de un sistema parlamentario en algunos de estos países podría ser un paso importante hacia una mayor estabilidad política. Al crear un sistema en el que el poder ejecutivo y el legislativo trabajen más estrechamente y sin los conflictos inherentes al presidencialismo, los países podrían avanzar hacia una democracia más funcional y menos susceptible a los golpes de estado.
![el presidencialismo es peligroso para la democracia](https://colmenadedatos.com/wp-content/uploads/2024/12/El-presidencialismo-es-peligroso-1024x576.png)