El 7 de enero se cumplen 10 años del atentado islamista contra el semanario Charlie Hebdo, un hecho que marcó a Francia y dio origen al icónico lema #JeSuisCharlie (“Yo soy Charlie”), símbolo de la defensa de la libertad de expresión.
Diez años después, cabe preguntarse:
¿Seguimos defendiendo la libertad de expresión de forma universal?
¿O esta depende de quién emite el mensaje y a quién afecta?
¿Depende de a quién ofende?
¿Depende de quién se sienta ofendido?
